Amaneció el día, con una niebla que nos recordaba a esas mágicas recogidas que hacen que la Noche de Jesús nos transporte al pasado de nuestros ancestros. A las once de la mañana, nuestro querido sacerdote D. Francisco Tejerizo comenzaba la celebración de la Eucaristía. Ya son cuatro años seguidos en los que D. Francisco, nos acompaña en este día tan especial para todos, tanto en la apertura del Besamanos como en su clausura al final del día. Gracias por tu apoyo y tu cariño.
Haciendo alusión a la lectura del Evangelio, el sacerdote redentorista, nos recordaba que en estos tiempos de crisis tanto de Fe como económica, los cristianos corremos el riesgo de convertirnos en alimañas o en ángeles. Nos contó como en el momento en que Jesús estaba en el monte Calvario muerto y crucificado, aquello también fue un trágico y duro momento de crisis, en los que algunos se convirtieron en alimañas y otros como la Virgen, que se convirtió en un ángel que daba luz, consuelo y esperanza a todos los que allí estaban.
Al finalizar la eucaristía, tras el canto de la Salve, nos pidió que cuando nos acercáramos a besar las manos de Nuestra Madre, también la besáramos y pidiéramos por aquellos que no iban a besar sus manos ese día para que, ni nosotros ni ellos nos convirtamos en alimañas en estos momentos de crisis.
Pudimos disfrutar de un precioso Domingo de Cuaresma, hubo multitud de gente que vino a rezar a los pies de Nuestra Madre, también vivnieron nuestros hermanos de varias Hermandades y agrupaciones, que desde la Hermandad siempre agradecemos y agradeceremos su visita, sus atenciones y su cariño.
Al cierre del Besamanos, tras unas palabras de D. Francisco Tejerizo y junto a nuestros hermanos de la Hermandad del Cristo de la Expiración, nuestro buen amigo Jesús “Cachurra de Jerez” regaló a Nuestra Madre su oración hecha saeta,